Ayer empezó la vuelta ciclista a España, hoy termina el Campeonato del mundo de Atletismo (sí, con mayúsculas) de Osaka y mañana empieza lo que desde hace 1 año y pico llevo esperando con ansia: el Eurobasket 2007. Ilusiones, emoción, nervios y si repetimos victorias (ya llevamos 26 consecutivas, creo), podremos decir orgullosos que somos campeones del mundo y de Europa del deporte más noble y agradecido de los que he practicado. Donde los buenos casi siempre ganan, y donde el equipo y compartir es el éxito deportivo y personal. Y donde los perdedores, se resignana de que no haya sido la suerte sino el saber quien les puso en su lugar y quien les mostró el camino para ser dichoso. Toda mi devoción.
Sin embargo, no solo el deporte es una de mis aficiones favoritas desde el sofá, sino también la literatura desde mi humilde cueva platónica. Leer es viajar y viajar es mi tercera afición preferida y habrá que comer algo, no? Pues ya tenemos la quinta de mis perdiciones. Y como siga así, me voy a tener que repasar los números ordinales a partir del trigésimos noveno.
En resumen, que quiero seguir andando por las redes de las palabras literarias, destrozando un poco el género, y alcanzando eso que el deporte nos da tan fácilmente y hasta gratis de vez en cuando: la Felicidad. Vuelvo porque me gusta, me sirve y porque la bárbara Bárbara quizás se lo merezca.
Si os apetece os dejo con la magia del basket. Un hombre, una pelota y un aro. La Santa Trinidad.
